Puerta abierta.
Terminaba de cambiarse a la pijama, dejándose caer rendido en su cama, con el celular en mano. Jarin ya se encontraba en su habitación, seguramente durmiendo porque no paraba de bostezar en todo el camino a casa, y al llegar fue directo a su habitación.
Se arropó entre las cobijas, apoyando su cabeza en la almohada, poniendo su cuerpo de lado.
Su celular comenzó a vibrar en sus manos, anunciando en la pantalla ese nombre que le causaba sonrisas, aunque esa noche sus nervios estaban de punta.
—Buenas noches, rulitos —habló Jungkook en cuanto Jimin tomó la llamada.
—Buenas noches —respondió tratando de tranquilizarse, moviendo sus dedos sobre la almohada.
—¿Qué tienes? ¿Sigues nervioso por lo de la comida?
Jimin torció sus labios, llevando una mano a su frente.
—Estuvimos a nada de que Taeyong le dijera a Jarin de nosotros —habló—. Si no fuera porque estábamos ahí todos, ahora tendría a mi hija reclamándome. Y le tuve que mentir.
—No le mentiste. Técnicamente.
—Porque me faltó decirle que yo fui el primero en ser infiel en esas vacaciones, y que le fui infiel a mi ex-novio con el padre del novio de mi hija.
—No sabemos si tú fuiste el primero. Estoy casi seguro que Taeyong llevaba haciendo eso desde mucho antes.
—Pero eso no importa ahora.
—Amor, cálmate —endulzó su tono para relajarlo—. Ya hablamos con ella, y Taeyong no tiene forma de decirle de nosotros. Además, no es algo malo lo que hacemos. Sólo es amor.
—Claro que es amor, y por más que esté difícil esto con nosotros y nuestros hijos, no se me ha pasado por la cabeza ponerle un fin a lo nuestro.
—Sólo es encontrar la forma de hablarles con cuidado. Podemos empezar con que nosotros fuimos novios hace muchos años, y nos reencontramos. Además, saben que estamos saliendo con otras personas y nos notan felices, ellos han dicho que están bien con eso. Sabes que yo estoy dispuesto a decirles cuando quieras.
—¿Podemos posponer decirles de nosotros más tiempo? —torció sus labios. Jimin quería hacerlo, pero antes prefería prepararse él—. Quiero hablar más con Jarin de mi pareja y entienda lo que siento por ti. Eso calmará las cosas.
—Te espero todo lo que quieras —Jimin sintió el rubor subir por sus mejillas—. Sirve que también preparo un poco a Jongsuk mentalmente.
—Gracias, amor —sonrió sintiéndose en paz con la respuesta de Jungkook. Confiando en sus palabras.
Y tal vez era cansado que siempre dijera lo mismo y pusiera a su hija en el medio, pero teniendo en cuenta que Jarin ha sido su más grande compañía por más de dieciocho años, es claro su miedo a perder la relación que han construido con el pasar del tiempo. La confianza y el amor que ha crecido día con día.
Jarin era como su mejor amiga. Cuando la menor nació, tan sólo eran él y ella en su compañía. Jimin tenía amigos, y su familia, pero al iniciar el día y al terminarlo, la única que estaba con él era su hija.
Tenía miedo a perderla, pero igual tenía miedo de perder de nuevo a Jungkook por su hija. No sabía en qué lado de la balanza podía encontrarse él.
—Descansa, rulitos. Trataré de pasar temprano a tu casa, aunque sea para darte un beso.
Jimin soltó una risa. Encantado del Jungkook amante de la diversión y sus escapadas a escondidas.
—No sé si te gusta esto de escondernos o de verdad no piensas bien.
—Sólo es un poco de emoción extra a lo nuestro. Hasta mañana, duerme bien.
Ambos lanzaron un beso al otro lado de la línea. Colgando para después cada uno dormir plácidamente en sus respectivas camas.
✧✦✧
Jimin cayó en un profundo sueño. Estaba cansado por la noche anterior, donde durmió tarde por estar en llamada con Jungkook. Llegando al punto de su sueño profundo donde el timbre de la casa, del cual llamaban con desespero, no lo despertaba.
Jarin fue quien lo escuchó y salió de la cama. Antes de bajar mientras tallaba sus ojos para aclarar su vista, pasó por la habitación de su padre, dando ligeros golpes en esta. No recibió respuesta alguna, o bueno, sí había una, el sonido de sus ronquidos. Esos que sólo salían de su garganta cuando se sentía muy cansado.
El sonido del timbre cesó cuando la menor abrió la puerta, mostrando a Taeyong muy sonriente del otro. La cara de Jarin se desfiguró, haciendo una mueca de evidente molestia. Alzando sus cejas, al esperar que el mayor hablara.
—Hola, Jarin —sonrió agitando su mano en forma de saludo—. Ayer traté de enviarte mensajes y no te llegan —formó un puchero.
—Te bloqueé, seguro es por eso —respondió neutra, sin ningún ápice de alegría al ver al hombre que engañó a su padre.
—¡¿Por qué?! —abrió sus ojos de par en par.
Jarin sacudió su cabeza y ahuecó sus mejillas viendo la hipocresía de Taeyong al hacerse el inocente.
—Unas cosas que me contó mi papá —se encogió de hombros, no quería darle más detalles o sería una plática sin fin—. Taeyong, me agradabas, pero ya no, por todo lo que pasó. Por favor, vete de la casa de mi papá y no vuelvas a molestarlo. A él o a mí.
—¡Jarin, no! —alzó la voz.
✧✦✧
Jungkook aparcó su auto a unas cuantas cuadras más lejos que la casa de Jimin, algo que siempre hacía con sus hijos cerca. Caminaba con pasos alegres por la acera, con una rosa blanca en sus manos y la otra metida en los bolsillos de su chaqueta. Impaciente por ver quién causaba un revuelo con los latidos de su corazón.
Una actitud tan alegre, que cambió a una totalmente confundida al ver a Jarin en la puerta principal, haciéndolo correr al arbusto más cercano, para esconderse ahí.
Ella no despertaba a esas horas, y tampoco abría la puerta si no se trataba de Jongsuk.
Entrecerró sus ojos para poder reconocer a la figura masculina que le daba la espalda. Escuchaba muy poco de esa conversación, y no era por entrometerse en la vida de la novia de su hijo, pero no es como si pudiera estar muy tranquilo al verla tan temprano en la puerta de su casa con el ceño fruncido, notándose furiosa al hablar con el hombre.
"¡Jarin, no!"
Escuchó y reconoció esa voz que lo hizo ponerse celoso a un inicio que lo conoció, y después lo hizo tener el mayor odio a alguien por la forma en que trató a Jimin.
No le importó nada en ese momento, sólo evitar un desastre entre familia por lo que Taeyong fuera a decir, pues aunque tuviera algo a su favor y en contra de ellos, estaba seguro que podía decir algo más.
Aún sin soltar la rosa, salió de los arbustos. Su mandíbula marcada hablaba por sí sola. Jarin lo miró de reojo, haciendo que Taeyong girara sobre su eje para verlo. Con un gesto de completo egocentrismo, pasó su lengua por sus mejillas, con una sonrisa casi triunfal en sus labios.
—Ah, justamente viene de quién quiero hablarte —soltó una risa sin diversión.
Jungkook trató de hacerse el desentendido, arrugando su nariz y achicando sus ojos. Jarin frunció su entrecejo.
—Taeyong, ya escuchaste a Jarin, vete de aquí —trató de escucharse calmado, aunque el enaltecimiento del otro no lo ayudaba a controlar su carácter.
—¿Qué no ves que estoy hablando con Jarin?
No se pudo contener más. Dejó caer la rosa sobre el piso, para poder tomar la camisa de Taeyong entre sus manos, formando un puño en éstas, mirándolo a los ojos y retándolo con la misma mirada.
—¿A ti no te quedó claro lo de la otra vez? Todavía que te das la libertad de hablar mierda de Jimin, te atreves a venir a su casa para hablar con su hija. Eres un jodido imbécil. ¿Quieres que vuelva a dejarte como el otro día?
Taeyong trataba de detener una de las manos de Jungkook, poniendo la suya encima. Claro que tenía miedo, aunque él quería dejarlos mal parados a ambos, y esa era su oportunidad más perfecta.
—Jarin, ¿si sabes que tu papá me fue infiel en las vacaciones con él? —miró a Jungkook—. Estoy seguro que desde el primer día tuvieron algo que ver, y yo quedé como estúpido esperándolo.
—Tú lo engañaste mientras estábamos en Ibiza —habló Jungkook.
—Es claro que tu padre y el de tu novio se acuestan y tienen algo que ver —rió con malicia—. ¿Por qué otra razón se pondría así Jungkook? —alzó ambas cejas, retándolo con la mirada.
—¿No te cansas de joder, ah? ¿Quieres que le diga a Jarin porqué me pongo así contigo? —sonrió al ver la cara de Taeyong, esa sonrisa borrándose de sus labios—. Taeyong llamó a tu papá de una forma horrible porque se ofendió cuando lo terminó —formó un falso puchero—. ¿Cómo lo llamaste? ¿Fácil? Sólo porque no te pudo amar y consiguió a alguien que sí.
Taeyong negó con recelo. Temiendo de la mirada que Jarin le dirigía al mayor.
—Jarin, sabes que yo no me hubiera puesto así, pero ellos dos...
—Vete, no te quiero volver a ver cerca de mi papá —directa y con tono duro en su voz.
Taeyong rodó los ojos y suspiró cansado. Aprovechando que Jungkook lo soltó y él estaba con Jarin, bastó con darse media vuelta para tomarlo desprevenido y darle un fuerte golpe en la cara. Provocando que el castaño cayera al piso, cubriéndose la nariz con una mano cuando sintió un líquido rojo salir de esta. Jarin gritó y no tardó en tirarse de rodillas la piso, para ayudar a Jungkook con su sangrado.
Taeyong sacudió su mano mientras se alejaba, intentando minimizar el dolor por el golpe que dio.
—Jodiste todo, Jeon.
Jarin lo siguió con la mirada, hasta que salió de su campo de vista. Asustada con la actitud de Taeyong, y al ver tanta sangre correr de la nariz de Jungkook. Nunca alguien que presenciara peleas, mucho menos cuando su papá trataba de arreglar todo con sólo hablar.
—¿Está bien, señor Jeon? ¿Qué fue eso?
—Nada, linda. Estoy bien, sólo la sorpresa del golpe —intentó ponerse de pie, Jarin lo ayudaba sosteniéndolo del brazo—. Sólo quiero que sepas que eso que dijo Taeyong...
—¿Qué pasó con Taeyong?
Jimin apareció en la sala con su cara llena de horror en cada una de sus facciones, al ver a Jungkook con una mano sobre su nariz, y su hija ayudándolo a sentarse en el sofá.
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